Una situación habitual para cualquier persona que le gustan las canciones y que siente curiosidad o, directamente, una intensa necesidad de escribir sus propias composiciones, es aquella en que tenemos escrita una letra o una parte significativa de ella y nos preguntamos cómo vamos a transformarla en una canción completa.
Poner una melodía a una letra es un paso decisivo a la hora de definir cómo va a ser cada canción en su versión definitiva.
Vamos a ver tres caminos, tres alternativas para lograr tener esos dos aspectos fundacionales que conforman todas las canciones.
Letra y melodía
Sucede que, aunque mucha gente dice «canción» y se refiere a una melodía, mientras otras muchas otras personas piensan en una canción como los versos de una letra, la realidad es que, para que tengamos lo fundamental de cualquier canción, esos dos elementos son igualmente necesarios y esenciales.
Esto es tan así que, cuando vamos a registrar una canción, la letra y la melodía son la información documentada que vamos a tener que depositar para acreditar que somos nosotros quienes la hemos creado.
No los acordes, aunque se pueden añadir, no los arreglos ni la instrumental o beat que puedas haber utilizado como base o inspiración.
Es tan cierto e indiscutible que, cuando cantamos una canción a viva voz, sin nada más que nuestra emoción y nuestros pulmones, una canción cualquiera se reconoce en esa letra y su melodía, sin ayuda de nada más.
Letra y melodía. Melodía y letra.
Una canción, por supuesto, puede consistir finalmente en todo tipo de adornos, capas, instrumentos, texturas y demás elementos sonoros pero, la base, el corazón, su esencia o cómo quieras llamarlo, son los versos y ese conjunto de frases musicales que van desgranando el mensaje o la historia que se cuente en ella.
Un paso importante y previo a musicar unos versos es familiarizarse con la letra de una forma profunda. Me refiero a conocerla de verdad, su ritmo verbal, las palabras o pasajes que destacan por alguna razón y el desarrollo mismo de lo que finalmente se va a cantar.
La elección de un género musical también puede ser de mucha ayuda a la hora de definir una melodía y darle a la canción el carácter o el estilo deseado, un fraseo determinado, una intención, un dinamismo, una sonoridad, en definitiva, que potencie sus cualidades literarias.
Pero vamos al grano.
3 maneras de completar una letra con su melodía
Cuando tenemos una letra escrita y con una estructura más o menos versificada, con estrofas, repeticiones en forma de estribillo o coro, etc … pero no hemos pensado en cantarla de ninguna forma específica, tenemos una canción incompleta.
Vamos a ver tres métodos o situaciones que se pueden dar para que podamos llegar a tener ese dúo básico, una canción en su estado más simple y, a pesar de ello, completa.
1. Con ayuda de acordes o ritmos
Una estrategia típica y efectiva para llevar esas palabras a un contexto puramente musical y asignarles una melodía es utilizar una progresión de acordes, un ritmo base o una combinación de ambas.
Esto implica elegir acordes que encajen con el tono y el estado de ánimo de la letra y luego crear una melodía vocal que se ajuste a esos acordes.
Pasos a seguir:
-Selecciona los acordes: Escucha la letra y decide qué acordes podrían funcionar mejor con el mensaje y la emoción que deseas transmitir. Puedes tocar los acordes en un instrumento como la guitarra, el teclado o incluso buscar bases pregrabadas o MIDI en internet.
-Experimenta con la melodía: A medida que escuchas los acordes, comienza a improvisar melodías vocales sobre la letra. Juega con diferentes ritmos y entonaciones para encontrar una melodía que resalte las palabras y la historia de la canción.
-Ajusta y define: A medida que desarrollas la melodía, asegúrate de que las notas y las letras encajen de manera coherente. Puedes hacer cambios en los acordes o en la melodía según sea necesario para lograr una armonía fluida.
-Considera la estructura: Piensa en cómo encajarán los versos, coros y posiblemente puentes en la canción. La estructura de la canción puede influir en cómo se desarrolla la melodía a lo largo de la letra.
-Practica y graba: Una vez que tengas una melodía sólida, practica cantarla mientras tocas los acordes. También puedes grabar la canción para evaluar cómo suena y realizar ajustes si es necesario.
Este método te permite combinar la música con una letra existente de manera efectiva, proporcionando una base sólida para la creación de una canción completa.
La elección de acordes y ritmos adecuados puede dar vida a la historia que se cuenta en la letra, transformando palabras escritas en una experiencia musical memorable.
2. Improvisando melódicamente
Otra manera, sería tal vez la más natural, sencilla y poderosa: cantar.
La improvisación vocal, especialmente, aunque también podría ser con un instrumento, es algo que podemos realizar en cualquier momento y lugar, sin necesidad de ningún material ni condiciones especiales.
Pasos a seguir:
-Empieza ahora mismo: Casi cualquier lugar es bueno para improvisar. Puede ser en tu habitación, en un parque, o incluso en tu coche. Si la privacidad y la tranquilidad son importantes para liberar tu creatividad, busca esos momentos y lugares apropiados.
-Lee la letra: Lee la letra en voz alta o en tu mente para tener claro su contenido y emociones. Esto te ayudará a conectarte con el mensaje que deseas transmitir a través de la melodía.
-Comienza a cantar: Inicia con vocalizaciones simples o tararea la letra de manera improvisada. No te preocupes por la perfección en este momento; la idea es dejar que tu intuición musical guíe la melodía.
-Explora diferentes melodías: Experimenta con diferentes melodías mientras mantienes la letra en mente. Varía el tono, el ritmo y la intensidad para descubrir qué melodías resaltan las emociones y la historia de la canción.
-Graba tus improvisaciones: Usa un dispositivo de grabación o una aplicación en tu teléfono para registrar tus improvisaciones vocales. Esto te permitirá revisar y seleccionar las partes que te gusten más tarde.
-Escucha y selecciona: Escucha tus grabaciones y elige las melodías que más te emocionen y se adapten a la letra. Puedes combinar diferentes partes de tus improvisaciones para crear una melodía completa y coherente.
-Añade detalles: Una vez que hayas seleccionado una melodía principal, puedes agregar matices vocales, adornos y cambios sutiles en la interpretación para darle más profundidad y expresión.
-Practica y refina: Practica la melodía a medida que la desarrollas y ajústala según sea necesario. Asegúrate de que la melodía se ajuste a la estructura de la canción, incluyendo versos, coros y otros elementos.
La improvisación melódica te permite conectar directamente con la letra y explorar intuitivamente cómo la música puede complementarla.
Es un proceso creativo que puede ser muy gratificante y que a menudo lleva a melodías auténticas y emotivas.
No subestimes el poder de tu propia voz y creatividad en este proceso.
3. Melodía y letra simultáneamente
El tercer método o camino para llegar a tener lo esencial de una canción consiste en crear melodía y letra al mismo tiempo, inspirando una a la otra, jugando a completarse, a sorprenderse, a entenderse de una forma que resulte valiosa y aporte lo máximo al propósito que perseguimos en esa obra en concreto.
Pasos a seguir:
-Establece un objetivo o tema: Antes de comenzar, es útil tener en mente el mensaje o la historia que deseas transmitir a través de la canción. Esto proporcionará una dirección y un propósito claros para la composición.
-Selecciona un enfoque inicial: Decide si comenzarás con una idea musical o con una frase o concepto lírico. Algunas personas prefieren comenzar con una frase que capture la esencia de la canción, mientras que otras pueden tener una melodía en mente desde el principio.
-Combina melodía y letras: A medida que empieces a desarrollar la canción, canta o toca la melodía que tengas en mente mientras improvisas letras que se ajusten a esa melodía. Si comenzaste con una frase lírica, construye a partir de esa frase de manera orgánica.
-Déjate llevar, experimenta: No tengas miedo de probar diferentes melodías y letras a medida que avanzas. La improvisación y la experimentación son fundamentales en este proceso. La magia a menudo ocurre cuando permites que la música y las palabras se influencien mutuamente.
-Escucha y ajusta: A medida que la canción se desarrolla, escucha con atención cómo la melodía y la letra interactúan. Ajusta las palabras y las notas para que encajen de manera coherente y expresiva.
-Desarrolla la estructura: Conforme avances en la creación de la canción, considera cómo se desarrollará la estructura general. Define dónde encajarán los versos, el coro, los puentes y otros elementos, asegurándote de que la música y la letra fluyan de manera lógica y emocional.
-Refina y perfecciona: Practica y refina la canción a medida que se solidifica. Asegúrate de que tanto la melodía como la letra transmitan el mensaje deseado y evocan las emociones adecuadas.
Este enfoque de composición simultánea puede resultar en canciones que están profundamente conectadas, ya que la música y las palabras se han desarrollado juntas desde el principio.
Es un proceso creativo que puede ser especialmente gratificante para aquellos que buscan una colaboración íntima entre la música y la letra en cada etapa de la composición.
Fuente: hacercanciones.com
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