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Cómo hacer un arreglo musical de una canción

Cómo hacer un arreglo musical de una canción
Así, una misma canción podría tener cientos de arreglos: para guitarra sola, para orquesta y voz solista, para cuarteto de cuerdas, etc. En cada caso vamos a incorporar otras texturas, otros gestos rítmicos, tal vez nuevas armonías, e inclusive nuevas secciones.
Realizar un arreglo es tomar todos los materiales y sacar lo mejor de cada uno de ellos, generando un viaje único para nuestros oyentes.
¿Qué es lo que se “Arregla”? ¿Cómo hacer un arreglo musical?
Es buena idea que comencemos por la pregunta del millón: ¿Qué se hace en un arreglo musical?
Se comienza de la base de que tienes un cierto material (como una canción, con su armonía y su melodía), y debes entregar como resultado algo redondo y completo: con gestos rítmicos específicos, con una forma bien definida con finales e inicios claros, en el que se sepa qué rol lleva cada instrumento en cada momento, donde la guitarra va a arpegiar y donde va a tocar notas largas, donde va a haber segundas voces, donde tocan los saxos y qué hacen, etc.
El proceso del arreglo comienza por conocer o definir el grupo instrumental. Desde ahí ya puedo comenzar a tomar decisiones: puede que modifique la armonía original, que añada segundas voces en algún momento, o que quiera plantear una introducción, o presentar la melodía vocal en el violín antes que en la voz, etc.
Todo esto corresponde al arreglo, y como verás, se trata de “ordenar el buque” y decidir qué va a hacer cada uno, que rol va a tomar, en qué momento de la música.
Pensar en secciones, variaciones y contrastes
Un buen hábito es no perder nunca de vista la forma, la canción completa.
Es importante recalcar que la música se experimenta a través del tiempo, y como tal necesitamos concentrarnos en el flujo, las asociaciones de corto o largo alcance, la variedad y la unidad, y los contrastes.
Así, puede que nuestra primera estrofa pida suavidad y la segunda un sonido más duro, por ejemplo.
Entonces cada sección tiene sus características para mantener enganchado al oyente. Y un buen arreglo es el que te mantiene enganchado todo el tiempo.
Respecto al contraste: no es necesario ni recomendable que todos los elementos musicales cambien al mismo tiempo, porque sería demasiada variedad. Puede que las variaciones estén más por el lado de los timbres mientras que la rítmica se mantiene similar, por ejemplo.
Así, generamos contraste en un parámetro mientras mantenemos la unidad en otro.
Cuando tenemos contrastes más marcados, generamos un cambio más chocante, y puede ser justo lo que buscamos, pero debemos tomar esas decisiones con pinzas.
Groove, rítmica, quiebres y cortes
El Groove como punto de inicio
Si aún no está definido (puede que la canción ya tenga su propio carácter rítmico), debería ser lo primero, ya que va a determinar lo demás: no es lo mismo decirle a un guitarrista que haga un arpegio en corcheas con un tempo de 60, que con un tempo de 180.
Personalmente, me gusta comenzar por un feel rítmico referido a un estilo y en un tempo, algo así como “tipo triphop en 50 bpm”, o “tipo blues rápido a 150”. En realidad no lo digo, solo lo pienso y lo hago.
Ahora, desde ahí, ya se me hace necesario construir una cierta “clave rítmica”, una acentuación predominante sobre la que moverme.
Grooves entre secciones
Generalmente, el groove de una sección tiene alguna relación con el de la otra sección, pero también es posible que sean súper distintos, e incluso podemos usar otro pulso en distintas secciones. Esto último es más complejo de llevar a cabo, eso si.
Yo me decantaría en primera instancia por mantenerlos relacionados, pero nunca iguales, a menos que queramos hacer algo como el Bolero de Ravel.
Gestos de puntuación en el Arreglo
Además, va a ser importante el ritmo como elemento de puntuación.
Por ejemplo, puede que al final de cada vuelta de 4 u 8 compases, o al final de una sección, haya un gesto rítmico concreto, a modo de cadencia rítmica. Es usual en los bateristas, que hacen una pasada de toms antes de un cambio de sección (un fill).
Y si llevamos un poco más allá este concepto, podríamos hablar del quiebre o corte, en el que todos los instrumentos se ponen de acuerdo en un único gesto rítmico importante para elevar la temperatura y conducir hacia un cambio de sección.
Muchas veces viene acompañado de un silencio, e inclusive puede ser el silencio todo lo que se necesita.
La sección rítmica y sus posibles texturas para el Arreglo
Bien. Ya que tenemos el ritmo más o menos resuelto, podemos hilar más fino en lo que se conoce como sección rítmica: batería – percusión, bajo, e instrumentos armónicos (guitarra y/o piano).
Primero que todo, nuestro feel rítmico, que hemos definido antes, no tiene por qué llevarlo toda la sección rítmica ni menos de forma literal. Más que todo, ellos van a orbitar alrededor de esa rítmica, como si fuera una clave.
Entonces, puede que mi guitarra lleve acordes largos mientras que bombo y bajo marcan el groove, o tal vez la guitarra va llevando un rasgueo suave encima. Inclusive podría ser que el bajo lleve notas largas y la batería junto a la guitarra se encarguen de marcar un groove. Las posibilidades son infinitas.
La guitarra en concreto puede tocar acordes largos, de 2 hasta 6 notas, puede tocar arpegios y dejarlos sonando, o el famoso medio arpegio como le digo yo.
También puede tocar melodías en registro agudo, o más graves tipo Riff. Otra opción es marcar acordes con un ritmo más definido y cortado, con más silencio entremedio.
Si nos vamos más lejos, podemos incluir el tapping a 2 manos, todas las posibilidades de muteos, los armónicos, los efectos rimbombantes como la Reverb Shimmer, y una amplia variedad de ruidos.
Esta pregunta, cuales son las posibilidades de mis instrumentos, es fundamental, ya que según eso voy a poder definir qué hará cada uno en cada momento, y cómo los voy a combinar.
Además de la textura, podemos definir el registro a utilizar: no es lo mismo tocar los acordes en un registro medio que en un registro agudo.
Lo importante aquí es diferenciar los elementos bien (ya sea por registro, por timbre o por articulación) y mantener en primer plano al elemento principal, que generalmente es la melodía.
Roles Melódicos en el Arreglo
Todo lo que pase fuera de la sección rítmica también nos dará riqueza, en especial los elementos melódicos.
Dependiendo de los instrumentos con que contemos, podemos hacer varias cosas:
Segundas voces, en formato “soli”, que vienen a apoyar a la melodía principal reforzando su contorno y ritmo, y respetando la armonía subyacente. Estas segundas o terceras voces puedes incluirlas por secciones enteras o por pasajes, inclusive para una sola sílaba, o añadirlas en una segunda repetición.
Contramelodías o contrapuntos de la melodía principal, que generalmente son respuestas de la melodía principal, pero pueden tomar otras formas. Es muy efectivo incluir estas contramelodías en una sección que se repite, para darle un interés renovado.
Cuando tenemos grupos de vientos, generalmente tienen un momento en la música que es suyo, donde llevan una melodía a 4 voces. Esta puede funcionar como introducción o interludio, generalmente van al unísono, a la octava, o ya llevando armonías a 4 voces (soli) y puede ser una melodía independiente, o ser un derivado de alguna de las melodías de la canción. Como ejemplo, te invito a escuchar 3000 millones de latidos, de Jorge Drexler – en la introducción es muy claro este gesto.
Los mismos vientos también pueden hacer un colchón armónico (como las cuerdas), lo que los sumaría momentáneamente al rol de base armónica.
Cualquier instrumento armónico puede tomar un rol melódico durante alguna sección o pasaje, y así aportar desde otro lado. El clásico aquí es el solo de guitarra en la estrofa final que se ha repetido varias veces.
Secciones auxiliares
Es un mundo un poco amplio, pero lo que quiero es que te sientas con la libertad de modificar la forma y añadir algunas cosas que consideres que suman.
La estructura que trae la canción por defecto no es definitiva, y verás que grandes arreglos de canciones muy conocidas incluyen secciones que en la versión original no están. Las introducciones en especial.
Ahora, estas secciones más auxiliares o transicionales pueden estar relacionadas con el resto del material o no tanto, ser material independiente.
Caso especial son los puentes entre secciones, donde hay mucho de que hablar, pero tal vez lo hagamos otro día… si te interesa, deja un comentario.
Y como no darle un espacio a los finales: un gesto de finalización se agradece siempre. Este puede ser la repetición de la última frase del estribillo (inclusive 3 o 4 veces), o una cadencia más larga con más acordes intermedios, o la repetición de la primera estrofa en una dinámica más suave y con notas largas, un retardando en el tempo, etc.: todo lo que implique una relajación de la energía. También hay finales climáticos, que no avisan nada y terminan. Ahí te toca elegir según lo que la canción pida.
Fuente: cresciente.net

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