Las estrofas de una canción, allí donde se explican a menudo los detalles, donde se prepara muchas veces la llegada del estribillo, son un elemento esencial de las canciones. Si conoces su melodía y su letra significa que te gusta esa canción, que la has escuchado un buen puñado de veces, que tienes cierta intimidad con ella.
¿Qué es una estrofa?
El origen de la palabra estrofa parece que hace referencia a una raíz latina y griega que vendría a significar “vuelta”.
Esta vuelta o ciclo describe un grupo de versos con una lógica interna que puede incluir melodía, armonía, métrica y rima, especialmente, y que van a volver a aparecer con unas características semejantes en la misma composición.
Sea un grupo de dos, tres, cuatro o más versos, el hecho es que además, una estrofa tendrá por sí sola un sentido, un principio y un final incluso, un significado único, que sumado a las otras estrofas y componentes que aparezcan resultarán en la canción completa.
Una vez más, pensaremos en poesía, en pareados, en tercetos, en cuartetos , etcétera, pero, en la estructura de una canción deberemos tener en cuenta que el protagonismo de el texto está compartido con el material musical y que las estrofas verbales se fundirán con una música específica para ellas, con la estrofa musical, y las escucharemos finalmente como la estrofa de una canción.
Lo primero que tenemos que decir es que, aunque el coro, drop o estribillo pasa por ser el centro de cualquier canción, en realidad, y antes que nada, es una estrofa.
Como lo oyes, tan sólo sucede que es una estrofa especial, única de hecho, que se repite de una forma más o menos invariable, en música y texto, mientras lo que conocemos como estrofa en las canciones acostumbra a tener una letra distinta cada vez que aparece.
Un pareado, es decir dos versos, puede ser una estrofa en una canción pero también un estribillo. Igual que cualquier otro tipo de estrofa, en principio, podrá darse como estribillo o cualquier otro elemento verbal de la canción dependiendo de su papel en ella.
Pero sigamos con las estrofas.
Las estrofas en la letra de una canción
Al escribir la letra de una canción, las estrofas van a demostrar su especialidad, es decir, su función, con su capacidad para ir desgranando los detalles de una situación o sentimiento o para ir desvelando la historia que se está explicando, paso a paso.
Se distingue del estribillo por esa variedad, precisamente, por esa evolución verbal, aunque, entre las distintas estrofas haya una melodía o estructura rítmico-armónica común.
Una vez presentada, la música que sonará en las estrofas ya será algo no sólo conocido sino también esperado en el desarrollo del resto de la canción.
Y esa familiaridad con la música, aunque no sea exacta entre ellas, va a permitir que nuestra atención se centre en lo que se está diciendo concretamente en cada una de ellas, en el hilo que está dejando escapar la madeja del texto de la composición.
Lo que entendemos por estrofa en las canciones realmente puede ser muy variado en el fondo y en la forma.
Podemos buscar una diferenciación fuerte respecto al resto de elementos de la letra o seguir la dirección contraria y ofrecer algo similar o una pequeña variación respecto del estribillo, por ejemplo.
De hecho, una solución elegante es incluir el estribillo en la misma estrofa, normalmente en el primer o último verso de cada una, de manera que, estructuralmente, la canción sea una sucesión de estrofas muy parecidas entre ellas, con otros elementos intercalados como interludios musicales, tal vez, solos o bloques distintos añadidos en algún momento.
La música en las estrofas de las canciones
Entonces, ¿qué tipo de música esperamos escuchar en la música de una estrofa?
Bien, aunque no se puede ser muy estricto a la hora de responder a una pregunta como esta, diremos que la música de una canción, las estrofas, por ejemplo, como cualquier otro elemento de una canción, ha de servir para el propósito de la canción, para que la idea global se desarrolle y cumpla lo mejor posible con lo que queríamos.
Su papel en la estructura de una canción es estratégico, por así decirlo. Si queremos un estribillo imponente, una explosión de energía en ese coro o drop, un clímax en toda regla, las estrofas son uno de los momentos donde se puede empezar a preparar ese estribillo estelar.
Los humanos somos extremadamente sensibles al contraste. Nos damos cuenta fácilmente de los pequeños cambios que se dan en cualquier flujo dado.
Un punto rojo en un lienzo azul, un golpe en el silencio o una palabra conocida en un idioma extranjero van a reclamar inevitablemente nuestra atención.
Nuestros cerebros están hechos así y, a mayor contraste, hasta cierto punto, mayor atención vamos a poner cuando ese cambio radical se dé.
Por lo tanto, con la idea global de la canción en mente, podemos potenciar ese contraste, ese interés o no hacerlo, o hacerlo moderadamente.
Esa es una de nuestras múltiples decisiones a la hora de escribir canciones.
Y esto funciona en las dos direcciones. Si nuestro plan expresivo musical es que el estribillo destaque por su lentitud, o por su melodía con pocos saltos interválicos o por su desnudez instrumental, las estrofas tal vez deberían ofrecer lo contrario, energía, rapidez, densidad instrumental o armónica, para que una vez llegado el estribillo, el momento memorable, resalte sin ninguna duda, esta vez gracias a la calma que comparativamente nos va a sorprender y reclamar nuestra atención.
El caso más habitual es el contrario: estrofas calmadas o controladas y estribillos destacados, espectaculares y energéticos, pero, realmente, cualquier forma de contraste va a dar ese resultado especial.
Nada de esto es obligatorio pero, teniendo en cuenta que, en general, la variedad, la sorpresa y lo predecible deberían estar más o menos equilibrados durante cualquier canción, alternar de una forma u otra las cualidades del material musical estratégicamente pueden potenciar unas partes sobre otras y mejorar el interés del conjunto de la pieza.
Estrofa o verso y canción
Pero por mucho que queramos separar la letra y la música de las estrofas, ya sea para estudiarlas y aprender de ellas o por cualquier otra razón, el hecho es que en el contexto de una canción, una estrofa, entendida como el bloque que desarrolla una historia, va a mantener un alto grado de repetición musical entre ellas.
Pueden aparecer y desaparecer instrumentos de una a otra, o añadirse detalles o incluso modificar algo de la melodía el ritmo o la armonía, pero esencialmente estarán haciendo un mismo trabajo en el conjunto de la canción.
La letra de la canción, de hecho, gracias a la estabilidad y reiteración de la música en las estrofas podrá tomar un gran vuelo significativo, tendrá la posibilidad de llevarnos muy muy lejos con las palabras mientras la melodía la armonía y el ritmo reconocibles preservan la unidad de la composición y le permite regresar sin problemas al flujo principal del tema.
Por todo esto, solemos hablar en plural de las estrofas. Debido a su especialidad como narradoras o descriptoras y también para establecer un contraste con el estribillo y el resto de elementos que pueden aparecer en las canciones, lo normal es que aparezcan dos, tres o más estrofas en cualquier composición. Una sola estrofa no tendría sentido. De hecho, cuando escuchamos una estrofa que parece aislada, que no la reconocemos en otro lugar de la canción, probablemente estemos frente a otro elemento estructural distinto en la canción. Seguramente se tratará de un puente o bridge que, cuando aparece, es para cumplir su propia función en el desarrollo de la pieza.
Fuente: hacercanciones.com
Dejanos tu comentario