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Grandes cambios en la música durante los últimos años

Grandes cambios en la música durante los últimos años
La industria discográfica ha afrontado una de las crisis más radicales de su historia durante esta década.
Después de la invención del gramófono y el disco de pizarra, de la radio, el vinilo y el CD, el MP3 y el «streaming» co protagonizaron la mayor revolución que ha vivido la industria de la música. Estos dos inventos nacieron hace un cuarto de siglo, en los años 90, y sin embargo, esta década, la de los '10, ha sido una de las más trascendentales para el negocio discográfico. ¿Qué ha cambiado en estos diez años?
Adiós a los estribillos
Todavía sigue habiendo muchos hits con estribillo adhesivo de manual, pero según el libro «Switched On Pop», que analiza los cambios de la música «mainstream» en estos últimos diez años, cada vez hay más canciones de éxito que prescinden de él. Un ejemplo sería «Dark Horse» de Katy Perry: el estribillo debería llegar justo después de los versos «Are you ready for, ready for a perfect storm, a perfect storm, 'cause once you're mine, once you're mine, there's no going back», pero en lugar de eso la canción se pliega sin que termine de aparecer.
Canciones cada vez más cortas
La duración media de las canciones en la lista Billboard Hot 100 ha bajado veinte segundos en los últimos años, de 3'50" en 2013 a 3'30" en 2018. Un ejemplo: de los cinco temas de Rosalía más escuchados en Spotify, ninguno llega a esos tres minutos y medio. ¿Cosas de las plataformas de streaming, donde casi siempre se salta de una canción a otra antes de que terminen? Por supuesto que sí.
Las canciones, diseñadas para el directo y para el remix, y con colaboraciones
El negocio está principalmente en el directo, y cuando se está trabajando en el estudio de grabación hay que añadir elementos infalibles para levantar a las masas. Por eso, en esta década las canciones abarrotadas de «eeee-o»'s, «u-oooo»'s y otros coros de estadio han sido una auténtica plaga.
Otra herramienta fundamental de esta década es la colaboración (el featuring), que asegura el éxito de un single a través de la maquinaria de promoción de dos, tres o cuatro artistas en lugar de un solo solo, y también el remix, que permite exprimir un hit en diferentes variantes que siguen acumulando más y más reproducciones.
La dictadura de lo visual
Desde los días dorados de la MTV el videoclip no ha vivido un momento tan bueno como en estos años '10. Un single, si no va acompañado de un videoclip potente, se queda en el limbo. Esto, unido al auge de Instagram, ha hecho que lo visual mande casi tanto como lo musical. O más.
Los discos sorpresa
Internet ha facilitado a los artistas el lanzamiento de su material. Ya no hace falta una fábrica, unos camiones que distribuyen ni unas tiendas que venden. Con apretar un botón, puedes conseguir que todo el planeta tenga la posibilidad de acceder a tu disco. Un ejemplo perfecto es Beyoncé , que publicó dos discos por sorpresa en 2013 y 2016. También tiene que ver con el auge de las redes sociales: si lo anuncias a través de una cuenta con muchos seguidores, el éxito está asegurado.
Independencia
El avance de la tecnología y el abaratamiento de las herramientas de grabación ha hecho que los músicos puedan hacer sus discos en casa sin necesidad de estudios, distribuirlos en Spotify sin necesidad de discográfica, y promocionarlos en redes sin necesidad de agencias de comunicación. Otra cosa es que luego se escuchen en el océano de lanzamientos digitales.
Pagar por la música
En 2010, Spotify tenía 750.000 usuarios de pago. Hoy son 108 millones. Por otro lado, la piratería musical ha bajado drásticamente: en España, del 18,3% al 5,1% en los últimos cuatro años.
La nostalgia por el formato físico
En la década de los '00 el formato físico estaba completamente desahuciado, pero en estos años '10 las ventas de vinilos no pararon de aumentar cada año. Y desde hace un tiempo, también las de casettes.
Música con mal sonido, en vídeo y en el móvil
Esta década también ha sido la de la consolidación del móvil como tendencia en cuanto a formas de escuchar música: el año pasado, el 27% de la música se escuchó en smartphones. Eso va acompañado de la baja calidad de sonido y de la costumbre cada vez más extendida de escucharla con vídeo incluido, otro signo de los tiempos.
La era del tresillo, del down-tempo y el español
Los ritmos acelerados no han estado de moda en los años '10. De hecho, las partes principales de muchas canciones de éxito tienen un tempo muy lento, sincopado y con atmósferas decadentes (influencia del trap). Por otro lado, muchos, muchos de los grandes hits de esta década se basan en un ritmo: el tresillo. Es el caso de «Shape of you» de Ed Sheeran, «Cheap Thrills» de Sia, «Cold water» de Major Lazer, «Treat you right» de Shawn Mendes, «Miss you» de Clean Bandit, «All of me» de John Legend... ¿Y el reguetón? Su ritmo, conocido como dembow, no es más que una variante del tresillo. Además, este género ha sido el principal impulsor de la lengua española en el pop global: después de una serie de hitos («Despacito», primer número uno en Billboard desde «La Macarena», récords de docenas de artistas hispanohablantes en Spotify y YouTube, nominaciones inéditas en los Grammy) ahora lo latino está más de moda lo latino que nunca.
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